Las compras de segunda mano, el intercambio de ropa y el thrifting son formas de satisfacer el deseo de algo nuevo sin generar más residuos, y el proceso de mirar en tu propio armario para decidir qué quieres intercambiar también te ayuda a comprender qué cosas quieres conservar y llevar.
La ropa de segunda mano está asociada a varios estigmas, por esto es importante desmentirlos y cambiar la percepción de los compradores. El hecho de que estas prendas sean usadas no las hace menos atractivas o sin valor.
Desde ClosetUp te presentamos algunos de los mitos más comunes entorno a la ropa de segunda mano.
1.La ropa es de mala calidad
Realidad: En contra de la opinión popular, la ropa de segunda mano ya ha superado la prueba del tiempo tras repetidos lavados y secados. Las tiendas que aceptan ropa de segunda mano, como ClosetUp, sólo la aceptan si está en buen estado, lo que elimina esta preocupación por ti. Los artículos que llegan pasan por un proceso de curaduría para comprobar su calidad y cuidado. Comprar de segunda mano afloja el control de la publicidad y las grandes marcas a la hora de moldear nuestro estilo e identidad.
2.Todo está pasado de moda
Realidad: Las tendencias son el pan de cada día de la industria de la moda actual. La ropa de segunda mano suele ser de unas cuantas temporadas atrás, pero si hay algo cierto en la moda es todo sigue un ciclo y siempre volverán a estar de moda.
Si ya haces parte del bando que defiende la moda lenta, es probable que ya estés familiarizado con el valor de amar lo que tienes y comprar piezas atemporales. Empieza con un cambio en nuestra forma de ver la ropa: la ropa que nos ponemos debe estar hecha para durar, independientemente de lo que esté de moda en ese momento.
3.Es antihigiénico
Realidad: La preocupación por la higiene suele ser lo primero que frena a la gente a la hora de comprar artículos de segunda mano. Los lugares que apoyan estas formas de moda lenta, como ClosetUp, ya cuentan con políticas para garantizar su usabilidad, piden a sus miembros que laven sus prendas antes de entregarlas.
Esto es algo que quizá no sabías. Ese olor a "nuevo" al que estás acostumbrado es en realidad una mezcla de tratamientos de acabado como resinas de urea y formaldehído, en una palabra: tóxicos. Se utilizan sobre todo en la construcción e incluso para conservar cadáveres. La intención de usarlos en la ropa es que eviten el moho, las arrugas y los parásitos, todo lo cual es probable que ocurra durante el transporte.
Estamos tan condicionados que creemos que la ropa nueva es más limpia que la de segunda mano, cuando en realidad la primera contiene niveles más altos de sustancias químicas. La ropa de segunda mano ya ha sido usada y amada, lo que significa que ha tenido tiempo de deshacerse de estas sustancias con cada uso.
4.No existen opciones de lujo de gama alta
Realidad: El círculo de marcas de segunda mano se está ampliando y cada vez hay más opciones que ofrecen artículos de lujo y de marca. Del tipo que ves en las pasarelas de moda, en las revistas y en tu feed. Todas se basan en el pilar de que la experiencia del consumidor de lujo no consiste sólo en comprar artículos de diseño, sino también en volver a firmarlos y compartirlos con alguien que los aprecie tanto como tú. También cuentan con expertos en autentificación para garantizar que cada artículo es auténtico.
Por esta razón es importante el avance tecnológico, para verificar las cualidades de este tipo de artículos, en ClosetUp le apostamos a este crecimiento y poco a poco implementarlo.
5.Precios iguales a la ropa nueva.
Realidad: La ropa de segunda mano puede ahorrarte costos a la hora de comprar. A menudo se pueden encontrar productos de segunda mano hasta un 50% más baratos que si se compraran nuevos.
Los artículos pierden valor tan solo al salir de la tienda, además del tiempo de uso y otros factores. También es importante tener en cuenta el comportamiento en el mercado, por esto algunas de las prendas pueden parecer un poco subidas de precio.
La compra de segunda mano establece una conexión con nuestra ropa y nos obliga a preguntarnos por qué poseemos las cosas que poseemos. La moda ética consiste en invertir, en elegir prendas que se perduren en el tiempo, pero eso suele suponer un aumento de los precios.
En todo el mundo se recicla el 20% de los textiles, lo que significa que el 80% restante se pierde en los vertederos. Menos del 1% de la ropa recogida se recicla realmente en textiles nuevos. Comprar de segunda mano prolonga la vida de la ropa, y es una forma de practicar la sostenibilidad cuidando prendas que de otro modo irían a parar al vertedero.